Las células ganglionares, el nuevo descubrimiento de la ciencia

El considerar que conocemos todo lo que compone al cuerpo humano, sus funciones y sus limitaciones no es totalmente veraz gracias a los continuos descubrimientos médicos que traen cada vez más luz al misterio que supone el ser humano. Es así como el descubrimiento de las células ganglionares de la retina tomó al mundo por sorpresa, ya que el ojo era uno de los órganos que se considera más conocido.

Durante el siglo XX Clyde Keeler se topó con la realidad de que los ratones que se encontraban en su desván eran ciegos, sino que fue el efecto que la luz producía en las retinas de estos ratones, la razón por la cual su nombre es recordado en la actualidad. Aunque con una menor rapidez de lo normal, este pudo observar que las pupilas de los ratones se contraían al ser expuestas a la luz.

La revelación de Keeler dio pie a la investigación de los efectos que la luz produce en el ojo de un mamífero con problemas de visión. De esta manera se descubrió que en este órgano se aloja una tercera tipología de fotorreceptores. Es así como se presenta la posibilidad de que los mamíferos posean fotorreceptores no vinculados a la formación de imágenes sino a la intensidad de la luz. Aparte de esto se demostró que los roedores eran sensibles a los cambios producidos en el reloj biológico, estos siendo causados principalmente por el efecto que factores como la luz tienen en el organismo.

El Trastorno Afectivo Estacional y los problemas de visión

A este descubrimiento se le dio el nombre de “células ganglionares de la retina”, consideradas neuronas ubicadas en el interior de la retina, que reciben información mandada de los fotorreceptores, para luego enviarlas al hipotálamo, al tálamo y al mesencéfalo, por medio de su axón.

Este descubrimiento es más importante de lo que se cree, ya que demuestra que las personas con problemas visuales también se ven afectados por los cambios de iluminación del ambiente, siendo sensibles a sufrir trastornos del reloj biológico, trastornos afectivos estacionales e incluso a migrañas relacionadas o vinculadas con la intensidad lumínica.

GM

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