Tener un perro reduce la posibilidad de sufrir del corazón
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo. Para el año 2006 se calcula que este padecimiento provocó el fallecimiento de cuatro millones de personas, solo en Europa. Por ello, se ha incrementado el interés de estudiar factores que reduzcan esa incidencia; en este aspecto, investigadores de la Universidad de Uppsala en Suecia, han demostrado que las personas que tienen como mascota un perro tiende a tener menor riesgo de sufrir enfermedades del corazón.
Los científicos en este caso analizaron los datos durante 12 años en el registro nacional de Suecia, donde se incluyeron a más de tres millones de personas entre 40 y 80 años de edad sin problemas cardiovasculares previos. Dentro de los datos que se analizaron están la fecha de nacimiento, antecedentes médicos, estado civil, la posesión de animales y muerte.
A través de este estudio y análisis se pudo demostrar que los dueños de los perros tenían menos posibilidad de padecer infartos de miocardio, ictus o insuficiencias cardíacas. Adicional a esto, el efecto protector fue mayor en el caso de personas solteras que vivían solas. Además, la convivencia con los perros de raza labradores, terriers, sabuesos o retrievers, se asocian con un menor riesgo de desarrollar alguna enfermedad cardiovascular, en comparación con otras razas.
Los científicos explican que la presencia de un perro en casa promueve la actividad física de su dueño, ya que implica caminatas al aire libre. En el caso de las personas solteras desarrollan una mayor interacción con la mascota y tienen a desarrollar alguna actividad con ella con mayor frecuencia.
El hecho de tener un perro ayuda a reducir el sentimiento de aislamiento social, la depresión y la soledad; factores que influyen de forma negativa la salud. De igual forma, los perros brindan un apoyo social y motivación para realizar actividades físicas reduciendo el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares de sus dueños.
Los datos analizados representan a la población sueca, sin embargo, los investigadores tienen la certeza que las conclusiones de este estudio pueden aplicarse a otros países europeos con una cultura y demografía parecida.
Esther R.