Descubren nematodos y los reviven miles de años después
Un grupo de investigadores de la Academina Rusa de Ciencias, dirigidos por A. V. Shatilovich, descubrieron unos nematodos o gusanos redondos ocultos en las capas profundas del permafrost, los cuales podrían tener unos 30 o 40 mil años.
Explican que estos gusanos proceden de diversas perforaciones realizadas en el permafrost, donde también buscaron en ese suelo suelo helado quistes de nematodos, para luego colocarlos en un medio nutricio cálido. Unas semanas después nematodos de dos especies lograron despertar. Los investigadores conjeturan, que quizá fuese posible copiar la técnica de supervivencia de estos nematodos para mantener vivos más tiempo los órganos para trasplantes u otras aplicaciones médicas.
Sin embargo, lo primero que debe hacerse es confirmar el descubrimiento, considerando que los mismos no fueran contaminados con gusanos más jóvenes.
Estos gusanos redondos construyen quistes en los que pueden sobrevivir miles de años, suponiendo que las especies del permafrost son más antiguas aún.
Todavía no esta claro que tan viejos sean los gusanos redondos encontrados. Se piensa en la posibilidad que las capas del suelo pudieron descongelarse en algún momento y que los gusanos capaces de resistir se deslizaran entre ellas; pero tampoco puede descartarse que los quistes pudieron llegar desde afuera hasta el testigo extraído.
Una de las especies procede de los restos congelados hace 32 mil años de una posible madriguera de marmotas, encontrada en las abruptas laderas a las orillas del río Kolima. Las otras especies podrían tener unos 42 mil años y proceden una perforación en la ribera del Alaseya.
Por su parte, los investigadores rusos están convencidos que los gusanos han estado congelados de manera ininterrumpida durante decenas de miles de años, por lo que las muestras no han sido contaminadas. Señalan, además, que los nematodos puedan sobrevivir tanto tiempo no es descabellado, por ejemplo, un musgo congelado profundamente revivió después de mil años en el 2014.
Los resultados de este hallazgo fueron publicados en el Doklady Akademii Nauk de la Academia Rusa de Ciencias.
Esther R.