La teoría evolutiva humana es desafiada por huellas de 5,7 millones de años

Un grupo de huellas humanas descubiertas recientemente en Grecia, en la Isla de Creta, pueden llegar a poner a prueba la teoría establecida sobre la evolución temprana de nuestra especie. Estas huellas tienen aproximadamente 5,7 millones de años de antigüedad, ubicando a nuestros antepasados con pies parecidos a los de un mono, en África.

El descubrimiento de dichas huellas, que fueron publicadas en línea por un equipo internacional de investigadores, en Proccedings of the Geologists Association, con la participación de la Universidad de Uppsala de Suecia, demuestra que la realidad es más compleja, ya que los pies humanos tienen una forma muy distintiva de todos los animales terrestres, ya que los pies los parientes más cercanos parecen a una mano humana.

Estas nuevas huellas de Trachilos, en Creta occidental tienen forma humana; el dedo gordo del pie es similar al nuestro en forma tamaño y posición, asociándose también con una “bola” distinta en la suela, que jamás está presente en los simios. En este caso, la planta del pie es más corta que en las estampas de Laetoli pero en general tiene la misma forma.

Las huellas de Laetoli, atribuidas a Australopithecus son similares a las de los seres humanos modernos siendo más estrecho en el talón y con la carencia en la sueña del arco apropiado.

En otros términos, la forma de los grabados Trachilos indica sin ambigüedad que pertenecen a un hominino temprano, algo más primitivo que el que dejó las huellas de Laetoli que fueron hechas en ceniza volcánica. Por su parte, las de Creta se hicieron en una costa arenosa, quizás en un pequeño delta de río.

Con 5,7 millones de años son más jóvenes que el homínido fósil más antiguo conocido, Sahelanthropus de Chad, y contemporáneo con Orrorin de Kenia, pero más de un millón de años más viejas que Ardipithecus ramidus con sus pies parecidos a los simios.

Este descubrimiento desafía la narrativa establecida de la evolución humana temprana generando mucho más debate.

Esther R.

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