Cerebro infantil: sin estímulos no se desarrolla o se daña

El cerebro requiere de experiencias y estímulos en las primeras etapas de la vida, ya que estas determinan la formación en las vías biológicas, que van a influir en el comportamiento, en el aprendizaje y en toda la salud integral de cada individuo.

El cerebro está formado por miles de millones de neuronas que tienen el mismo código genético de las células del cuerpo, que requieren de la información que reciben a través de las vías sensoriales, con la intención de consolidar el funcionamiento.

Las neuronas tienen la posibilidad de desarrollarse con la genética, pero la realidad es que esto no es posible si no existe la estimulación. El cerebro de desarrollo del cerebro debe iniciar desde el nacimiento, ya que muchas de las conexiones que permiten habilidades a todo nivel se forman durante las edades tempranas y son difíciles de cambiar o desarrollar en la edad adulta. En algunos casos se habla de periodos críticos para desarrollar el cerebro.

En este sentido, David Hubel y Torsten Weisel, ganadores del Premio Nobel de Medicina en 1982, confirmaron que la falta de estímulos sensoriales luminosos del mundo exterior en los primeros meses de vida impide que se desarrollen las neuronas de la corteza cerebral occipital encargadas de la visión y que, pasado este tiempo, así haya estímulos suficientes, la vista infantil no será normal. Se ha logrado confirmar de igual manera, que las neuronas de la corteza temporal, las responsables de interpretar las señales del oído, se van a desarrollar bajo un modelo muy parecido al de la visión.

Por su parte, Janellen Huttenlocher, siquiatra de la Universidad de Chicago, demostró que las conexiones neuronales entre las diferentes áreas del cerebro tienen una elevada potencialidad en los primeros seis años de vida y su densidad aumenta proporcionalmente “con los estímulos externos de diferente origen (visuales, auditivos, táctiles, olfativos o gustativos), siempre y cuando estos sean ordenados, regulares y bien estructurados”.

Si se quieren tener niños sanos, se debe privilegiar su desarrollo cerebral con programas de estimulación temprana.

Un estudio en Nueva Zelanda logró demostrar que el maltrato en la primera década de la vida predispone a la depresión y al deterioro cognitivo en la edad adulta.

Esther R.

 

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