¿La edad cambia el coeficiente intelectual?

El cociente intelectual o coeficiente intelectual (CI) no tiende a ser constante a lo largo de la vida. Para algunos el coeficiente intelectual cambia en la adolescencia debido a cambios estructurales en el cerebro. Estos cambios pueden corresponder a la disminución o aumento del mismo. Entonces podemos decir que, si cambia el cociente intelectual con la edad, ello dependerá también de nuestro estilo de vida, también puede corresponder a la estimulación temprana o tarde, así como la educación formativa que se tenga.

A este hecho también se le atribuye que por esta razón pueden algunos adolescentes consiguen madurar más rápido que otros. Ello también dependerá de sus orientaciones educativas. El cerebro puede adaptarse a cualquier edad. Algunos estudios aseguran que lo que depende del cambio del coeficiente intelectual son los niveles de energía, el peso o la presión sanguínea, que se alteran a lo largo de los años.

La investigación dirigida por Cathy Prince, de Wellcome Trust, fue la que concluyó que estos cambios de aumento o disminución del coeficiente intelectual ocurren en la adolescencia y que se asocian a cambios en la estructura del cerebral. Sin embargo, otro estudio realizado revela que el cociente intelectual puede igual aumentar o disminuir en la adultez, aunque no se ha determinado la razón fisiológica para que ocurra ese fenómeno.

Asimismo, estudios han revelado que la motivación juega un papel importante en el desarrollo del coeficiente intelectual, puede elevarlo o disminuirlo de igual manera como en la adolescencia. Mejor cociente intelectual tendrá el individuo que está motivado ante uno que no lo está.

La realidad es que el cerebro es moldeable y puede adaptarse en lo largo de los años, está en nosotros desarrollarlo, estimularlo, enriquecerlo con actividades y conocimientos.

También es importante considerar que las capacidades intelectuales de cada individuo varían al tiempo que lo hacen los problemas a los que debe enfrentarse. La inteligencia no se trata de las facultades para aprender sino la destreza para resolver los problemas con palabras, números y formas.

Esther R.

 

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